miércoles, 13 de julio de 2011

LA VERDAD SOBRE LA HOMOSEXUALIDAD. LO QUE LA COMUNIDAD GAY NO DICE.

Homosexualismo

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El homosexualismo u homosexualidad (del griego, homo "igual", y del latín, sexualidad "calidad de sexual": "calidad de homosexual"), es un trastorno psicológico del desarrollo de la identidad sexual caracterizado por el conjunto de comportamientos y prácticas basadas en la atracción erótica hacia individuos del mismo sexo. Por ser un trastorno psico-sexual, algunos la consideran una perversión sexual, más propiamente una parafilia, socialmente inmoral y antinatural.

El bisexualismo o bisexualidad es la atracción erótica hacia ambos sexos, y por lo tanto implica una condición homosexual, en mayor o menor grado, dependiendo del individuo.

La desclasificación oficial de la homosexualidad como trastorno en los manuales de salud, fue resultado exclusivo de la presión política de los grupos activistas gay, y no como resultado de la investigación científica.[1]

En los últimos años la influencia de los homosexuales en la política y en la cultura ha aumentado. Luchan constantemente, por medio de grupos de presión, promoviendo la homosexualidad para que sea reconocida en la sociedad como una "opción aceptable y respetable", y como "una variante normal de la sexualidad humana". El movimiento político gay ha influido de forma determinante en la opinión pública, logrando la mayoría de sus objetivos tales como redefinir el concepto legal del matrimonio, la adopción legal de niños y la legalización de la pederastia.

 

Contenido

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Estudio académico de la homosexualidad

Terminología

El término homosexual fue acuñado en 1869 por el escritor austriaco Karl-Maria Kertbenyen y popularizado más tarde por el psiquiatra Richard Freiherr von Krafft-Ebing en Psychopathia Sexualis de 1886.

Estadísticas

La mayoría de los estudios concluyen que los homosexuales representan entre un 2% y 3% de la población total[2].

Estados Unidos

  • El National Health and Social Survey de Estados Unidos concluyó que sólo el 2,8 de los hombres y el 1,4 de las mujeres creen ser homosexuales o bisexuales; esto es, del orden del 2% de la población total adulta incluyendo los bisexuales.
  • Una base muy rigurosa es la encuesta del CDC de Atlanta llevada a cabo por la Oficina del Censo de los EE.UU. para el Centro Nacional de Estadísticas sobre Salud del Centro para el Control de Enfermedades, en base a 10 mil entrevistas trimestrales. La pregunta utilizada en este caso es si ha tenido relación con algún hombre al menos desde 1977. El resultado se sitúa en menos del 3% como norma[2].
  • Encuesta del National Opinion Research Center para el Gobierno de Estados Unidos sobre 1.537 adultos. Sólo el 0.6% mantuvo relaciones homosexuales permanentes[2].
  • Encuesta del Instituto Alan Guttmacher para hombres de 20 a 39 años, para los que el 2,3% afirma haber tenido una experiencia homosexual y sólo el 1% con carácter exclusivo[2].

Francia

  • El gobierno francés encuestó a más de 20 mil adultos con el resultado de que el 4,1% de los hombres y el 2,6% de las mujeres había tenido relaciones homosexuales alguna vez a lo largo de su vida, y de sólo el 0,7% y el 0,6% para hombres y mujeres respectivamente para relaciones homosexuales exclusivamente[2].

Canadá

  • Sobre 5.514 estudiantes menores de 25 años el 98% era heterosexual, el 1% bisexual y el 1% homosexual[2].

Chile

  • Estudio Nacional de Comportamiento Sexual (Gobierno de Chile – Ministerio de Salud - CNS de Chile – ANRS de Francia) sobre 5.407 encuestados en el año 2000, el 0,2% declararon ser homosexuales y el 0,1 bisexuales[3].

Brasil

  • Sobre un universo de 3.324 encuestados en el año 1999, el 1,4% declaró ser homosexual o bisexual[4].

Dinamarca

  • Estudio aleatorio danés sobre 1.373 hombres, sólo un 2,7% tuvo una experiencia homosexual[2].

Noruega

  • Estudio aleatorio entre 6.300 personas. Un 3,5% hombres y 3% mujeres contestaron que habían tenido alguna experiencia homosexual en su vida[2].
Psiquiatría

Richard von Krafft-Ebing, uno de los padres de la psiquiatría moderna y a quien el propio Sigmund Freud reconocía como su autoridad, consideró a la homosexualidad incluso como una enfermedad degenerativa en su Psychopatia Sexualis de 1886. Los trabajos científicos de Freud, tras la llegada del psicoanálisis, resultaron en una postura que consideraba patológicas, no sólo a las prácticas, sino incluso a la mera condición homosexual. Por ejemplo, en sus Tres ensayos sobre la teoría de la sexualidad (1905), Freud incluyó la homosexualidad entre las perversiones o aberraciones sexuales -en sus propios términos- equiparadas al fetichismo, la zoofilia, la necrofilia, o las prácticas sádicas o masoquistas. A juicio de Freud, la homosexualidad era una manifestación de la falta de desarrollo sexual y psicológico que se traducía en fijar a la persona en un comportamiento previo a la madurez heterosexual.[5]

Psicoanalistas como Alfred Adler y Carl Gustav Jung, se pronunciaron al respecto, de una manera más estricta. Los posteriores psicoanalistas no sólo no modificaron estos juicios sino que los acentuaron a la vez que aplicaban tratamientos para la inclinación homosexual. Por ejemplo, en los años cuarenta del siglo XX, Sandor Rado afirmó que la homosexualidad era un trastorno fóbico hacia las personas del sexo opuesto, por lo que se consideró susceptible de ser tratada como otras fobias. Ya en los años sesenta Irving Bieber y otros psiquiatras, partiendo del análisis derivado de la experiencia de trabajar con un considerable número de homosexuales, afirmaron que la homosexualidad era un trastorno psicológico derivado de relaciones familiares patológicas durante el período edípico. Por otra parte, en esa misma década Charles Socarides defendía la tesis de que la homosexualidad se originaba en una época pre-edípica y que por lo tanto resultaba mucho más patológica de lo que se había pensado hasta entonces. La posterior relativización y negación de esos juicios médicos procedió de científicos como el Dr. Alfred C. Kinsey, cuyas tesis fueron severamente criticadas por la ciencia psiquiátrica desde entonces. Los estudios de Kinsey alimentaron la revolución sexual y 50 años más tarde, la sexualidad del "todo está permitido" ha penetrado en todas las instituciones del mundo.

Causas

Existen diversas hipótesis sobre los orígenes de la homosexualidad. Las más contempladas bien se pueden clasificar dentro de dos conjuntos de factores: los endógenos y los exógenos. Los endógenos o innatos son aquellos que engloban aquellos factores genéticos, biológicos, hormonales, neurológicos, etc. Los exógenos o adquiridos se identifican con aquellos factores psicológicos, ambientales, que incluirían las experiencias durante el desarrollo en la infancia, la influencia y relación con los padres, etc.

Estudios sobre factores innatos

Muchos simpatizantes de la causa gay han querido defender una causa genética de la homosexualidad pensando que así podría validarse una idea que últimamente ha ido extendiéndose gradualmente, aún fuera de círculos no homosexuales, que argumenta que si la homosexualidad es innata y no adquirida, entonces ésta no es susceptible de ser cambiada, y que siendo así sería una conducta natural del ser humano, por lo que se acabaría definitivamente con su consideración como una patología, trastorno o desorden. Los homosexuales usan frecuentemente esta idea de la supuesta predisposición genética como una excusa para justificar su comportamiento. Sin embargo, aún cuando la homosexualidad fuese determinada genéticamente, también son condiciones genéticas el síndrome de Down o el daltonismo, y no por ello significa que no son patologías, mismas que además, como la homosexualidad, responden a una incidencia estadística similar. Más o menos hace veinte años en los Estados Unidos se hablaba del "gen gay", o del "cerebro gay", pero en realidad, ningún estudio ha demostrado tales conceptos.

Los estudios más difundidos acerca de un posible factor genético de la homosexualidad, son los efectuados por Simon Le Vay, en 1991, y Dean Hamer, en 1993, sin embargo, ninguno de estos estudios han podido ser reproducidos satisfactoriamente[6] y hasta ahora no existe evidencia sobre un supuesto "gen gay". Especialistas en sexualidad humana como William Masters y Virginia Eshelman Johnson, sostienen desde mucho antes que la teoría genética de la homosexualidad ha sido en general descartada.[7]

Numerosos autores que han revisado cuidadosamente todas las publicaciones que intentan validar la predisposición genética de la homosexualidad, han descubierto que no sólo no demuestran una base genética para la atracción homosexual, sino que, partiendo de sus propios prejuicios e intereses personales, ni siquiera pretenden obtener evidencia científica para tal afirmación[8]. Los estudios al respecto están extremadamente defectuosos, inconclusos y parcializados pues por lo regular quienes hacen esas investigaciones son científicos homosexuales.

Neil Whitehead, un doctor en bioquímica, afirmó: "la homosexualidad no es innata, no es dictada genéticamente, no es inmutable."

Simon Le Vay y el "cerebro gay"

El científico homosexual y dirigente del movimiento gay de California, Dr. Simon Le Vay, llevó a cabo su estudio sobre cerebros de varones homosexuales fallecidos por SIDA. Su estudio se centró en un grupo de células del hipotálamo, conocidas como INAH-3. Le Vay alegó haber encontrado "sutiles, pero significativas diferencias" entre las estructuras cerebrales de hombres homosexuales y heterosexuales. Concluyó el resumen de su estudio diciendo: "Este descubrimiento... sugiere que la orientación sexual tiene un substrato biológico".

En 1991 la revista Science publicó un artículo reportando sus supuestos hallazgos[9]. Según el reporte, el Dr. Le Vay había examinado una muestra de cadáveres entre los cuales la mayoría pertenecían a personas homosexuales y había encontrado una diferencia significativa entre los cerebros de los homosexuales y los cerebros de los supuestos heterosexuales. La prensa tomó este nuevo descubrimiento y lo publicó a todo lo largo y lo ancho de EE.UU. Pero desde la publicación del supuesto hallazgo, ese estudio permaneció bajo el rigor de severas críticas, de hecho todo el estudio era muy defectuoso. Primero, el grupo de cadáveres que el Dr. Le Vay usó para su estudio fue muy limitado, pues constituyó de solamente 40 cadáveres. Segundo, los 24 cadáveres de homosexuales conocidos que fueron examinados murieron de SIDA, o más bien de complicaciones relacionadas, y se sabe que el cerebro de un individuo infectado puede sufrir cambios drásticos. El cerebro de víctimas del SIDA puede reducirse en tamaño; sus cavidades internas, llamadas ventrículos, se expanden y porciones de la corteza cerebral se consumen[10]. Aunque se pueden elaborar tratamientos que detengan la infección viral y permitan que el sistema inmunológico se recupere, es muy probable que los daños al cerebro sean permanentes[11]. Los 16 cadáveres restantes, según el estudio, eran de heterosexuales. Sólo se presume que lo eran, pero nadie pudo asegurar si lo eran o no.

Mientras que la mayoría de los homosexuales y la prensa alaban el descubrimiento del Dr. Le Vay, algunos homosexuales incluso tuvieron dudas en cuanto al método defectuoso que se usó en dicho estudio. Michael Botkin, un famoso escritor homosexual escribe: "Un control tan descuidado como el del Dr. Le Vay, invalida por sí mismo el estudio".

Por ello, en 1993, Le Vay trató de minimizar o justificar su error escribiendo que no intentaba probar la predisposición de la homosexualidad, evadiendo en parte los errores metodológicos de su defectuoso estudio:

Para muchas personas, encontrar una diferencia en la estructura cerebral entre hombres homosexuales y heterosexuales equivale a probar que los homosexuales "nacieron así". Una y otra vez he sido definido como alguien que "probó que la homosexualidad es genética", o algo así. No lo hice. Mis observaciones fueron hechas sólo en adultos que fueron sexualmente activos por un período considerable de tiempo. No es posible, sólo con base en mis observaciones, decir si las diferencias estructurales estaban presentes al nacer y más tarde, influenciaron a los hombres a hacerse homosexuales; o si eso apareció en su vida adulta, quizá como resultado de su conducta sexual.

Michael Bailey y Richard Pillard

El Estudio de Michael Bailey y Richard Pillard[12] se centró en mellizos. Si la homosexualidad estuviese determinada genéticamente, entonces uno podría esperar que un par de gemelos idénticos sean idénticos también en sus atracciones sexuales. Sin embargo, Bailey y Pillard no pudieron establecer esto. Su estudio probó que, cuando un gemelo era homosexual, había aproximadamente una probabilidad de 50/50 de que el otro gemelo fuese también homosexual. No obstante, esta probabilidad 50/50 es más bien atribuible a la influencia de la cultura circundante y del otro gemelo. Como el Dr. Dean Byrd señala: "El único punto esencial que emerge de la investigación de Bailey y Pillard realmente probó que las influencias ambientales juegan un fuerte papel en el desarrollo de la homosexualidad."

Dean Hamer y el "gen gay"

Otro estudio que atrajo la atención nacional fue el del Dr. Dean Hamer, un científico del Instituto Nacional de la Salud. Él afirmó que una región en el cromosoma X, la sección Xq28, estaba relacionada, en algunos casos, a la homosexualidad. Después de analizar esta secuencia de ADN en cuarenta pares de hermanos homosexuales, concluyó que los mismos marcadores genéticos existían en el 83% de ellos. Sin embargo, cuando se hizo ese mismo estudio con lesbianas, el supuesto eslabón genético no se encontró. La obra del Dr. Hamer está ahora bajo una investigación conducida por la Oficina Federal de Integridad porque sus asistentes señalan que el Dr. Hamer alteró intencionalmente la información, para acomodarla convenientemente a su conclusión final.

Otros afirman que los hallazgos de Hamer fueron simplemente mal interpretados, y por eso fueron presentados como una prueba de que la homosexualidad es genética y hereditaria. Sin embargo, como el mismo Dr. Hamer afirmó:

La herencia no produjo lo que originalmente esperábamos encontrar: una simple herencia mendeliana. De hecho, nunca encontramos una sola familia en la cual la homosexualidad hubiese sido transmitida según el obvio modelo que Mendel observó en sus plantas de guisantes.

El Dr. George Rice realizó de nuevo la investigación del Dr. Hamer, pero con diferentes resultados. Esto llevó al Dr. Rice a concluir: "Nuestros datos no apoyan la presencia de un gen de amplio efecto que influencie la orientación sexual en la posición Xq28."

Estudios sobre factores adquiridos

Actualmente, la mayoría de los autores se inclinan a favor de la interacción de una variedad de factores externos, y ambientales[13], pero no se ha descartado totalmente la posible influencia de ciertos factores internos como los hormonales o los neurológicos.

En particular se ha observado que el abuso sexual en la infancia tiene un importante papel para el desarrollo de la homosexualidad.

El 46% de los hombres homosexuales y el 22% de las mujeres homosexuales fueron abusados sexualmente en su infancia por una persona del mismo sexo. En cambio, entre la población heterosexual sólo un 7% de los hombres y un 1% de las mujeres sufrió acoso o abusos sexuales en su infancia por una persona del mismo sexo. [14]

David Finkelhor, experto en abuso sexual infantil, dice que "los chicos que fueron abusados sexualmente por hombres mayores tuvieron, al crecer, cuatro veces más posibilidades de implicarse en actividad homosexual que los que no fueron víctimas. Más aún, los adolescentes a menudo relacionaban su homosexualidad con sus experiencias de abuso sexual".[14]

El Dr. Joseph Nicolosi de la Asociación Nacional para la Investigación y Terapia de la Homosexualidad (NARTH), y quien ha trabajado con más de 200 homosexuales, comenta con la prensa sobre lo poco que se ha logrado en esta búsqueda del "gen gay". Lo que los homosexuales están buscando es una prueba biológica que los identifique a ellos como "una población diferente o especial". De ahí que ellos se aferran a cualquier evidencia que los favorezca en ese sentido por más fragmentada que ésta sea, con tal de poder decir: "Nacimos Así". Además, Nicolosi sostiene que las causas de la homosexualidad se remontan a la auto-percepción del niño o de la niña en la primera infancia. El niño, según Nicolosi, necesita de una relación con su padre para desarrollar su substancial identidad masculina, la niña necesita de una unión emotiva o relación con su madre para desarrollar su feminidad. Es el sentido del género que determina la orientación sexual; en otras palabras, cuando un chico se siente seguro de su masculinidad, se siente naturalmente atraído por las mujeres. Y la misma cosa es verdad para las mujeres: cuando una joven se siente segura de su identidad femenina, se sentirá naturalmente atraída por los chicos. El homosexual es una persona que carece tanto del sentido de género, como de identidad sexual, y por ello trata de remediar, o busca un remedio a través de otras personas. Esta inclinación se hace sexualizada, y es por ello que manifiestan el síntoma de la homosexualidad.

De hecho los activistas gay en los Estados Unidos ya no hablan tanto de bases biológicas o genéticas, porque ningún estudio lo ha demostrado ni ha ofrecido tal confirmación. Son mucho más evidentes las causas familiares y ambientales, especialmente aquélla que llamamos la clásica relación triádica constituida por el chico con un padre distanciado y crítico, por una madre involucrada, sobreprotectora y a veces dominante, y por un chico constitucionalmente sensible, introvertido y refinado que está expuesto a un riesgo mayor de sentirse falto en la identidad sexual, (incluso los casos de violaciones) este esquema se percibe continuamente.

Biología

Artículo principal: Comportamiento homosexual en animales

Desde el punto de vista biológico, la especie humana se encuentra entre las que se reproducen únicamente de manera heterosexual, es decir entre personas de distinto sexo. La homosexualidad por el contrario, es incapaz de engendrar vida y no tiene ningún propósito biológico definido, aunque se ha pensado que su función principal podría ser la de contrarrestar la sobrepoblación. Sea esto último cierto o no, la homosexualidad no es normal en términos de orden natural. La normalidad, dice el Dr. Joseph Nicolosi, es "aquello que cumple una función conforme a la propia naturaleza"; y esto es el concepto de orden natural. Los sexos iguales son incompatibles por condiciones intrínsecas y naturales; en razón de la anatomía y la fisiología, por lo que los sexos iguales no fueron 'diseñados' para su mutua unión.

Consecuencias médicas de la actividad homosexual

Además de responder a un desorden del desarrollo psicosexual, la homosexualidad, en especial la masculina, cumple con los parámetros requeridos para clasificarla como un síndrome, entendiendo éste como el conjunto de síntomas de claras consecuencias físicas y que caracterizan a una enfermedad en particular.

Profesionales de la salud como el Dr. Edward R. Fields y la Dra. Kathleen Melonakos[15] han profundizado en esta cuestión.

Las consecuencias médicas, enfermedades y daños físicos a los que los homosexuales activos son vulnerables pueden ser clasificados, resumidamente, como sigue:

  • Enfermedades de Transmisión Sexual

El 78% de los homosexuales contrae enfermedades transmitidas sexualmente, tales como VIH-SIDA, gonorrea, infecciones de Clamidia de tracoma, sífilis, herpes simplex, verrugas genitales, piojos púbicos, sarna, etc.

El SIDA en sus inicios llegó a convertirse en una pandemia a través de las actividades homosexuales y a partir de ellas se fue extendiendo a otros sectores de la población. De hecho, de no haber sido por la creciente actividad homosexual, este padecimiento no se habría expandido por América y Europa.

La actividad de los homosexuales es la única razón de que en 1992, el 83% del total de casos de SIDA en los Estados Unidos se daba entre los varones homosexuales y bisexuales. Los varones bisexuales son el principal medio de transmisión de esta enfermedad a la comunidad heterosexual, a través de una normal actividad heterosexual con una desafortunada pareja que, más tarde podrá, a su vez, contagiar esa plaga a su prole o a otros hombres.

De acuerdo con los Centros para el Control de la Enfermedad (CDC), los hombres homosexuales tienen entre 500 y mil veces más probabilidades de contraer el SIDA que la población heterosexual en general.

El Dr. Jeffrey Satinover informa de que el 30% de todos los hombres homosexuales de 20 años de edad serán VIH o estarán muertos a más tardar a la edad de 30 años.[16] Podría pensarse que el enfoque ético sería: "Utilicemos cualquier cosa que funcione para intentar sacar a esta gente de su posición de riesgo. Si ello significa hacer que se pongan el preservativo, bien. Si significa hacer que dejen el contacto sexual anal, bien. Si significa hacer que dejen la homosexualidad, bien". Pero esta última intervención es la única que es absolutamente tabú.

El hecho de que la APA haya eludido la responsabilidad por su carencia de integridad científica y profesional es especialmente increíble debido a la llegada de la epidemia del SIDA. En Estados Unidos actualmente se estiman unas 900.000 personas que están infectados con el virus del VIH, esto es, 1 de cada 300 americanos. Aunque ha habido un decrecimiento por año en las muertes por SIDA debido a la terapia de drogas, (terapia que cuesta un promedio de $12.000.00 por paciente al año), el índice de nuevos infectados por año ha permanecido el mismo, unas 40.000 personas, a pesar de veinte años de campaña de "Sexo Seguro".

Estos hechos demuestran el fracaso de políticas actuales para contener la epidemia del SIDA. Mientras que la terapia de las drogas prolongará brevemente la vida de estos pacientes, el SIDA permanece como la causa quinta de mortalidad entre las personas de edades entre los 25 y 44 años, y el 60% de los nuevos casos es contraído por hombres que han mantenido relaciones homosexuales.

  • Enfermedades entéricas

La Enfermedad del Intestino Gay o Síndrome Intestinal Gay, es una infección crónica de variados parásitos intestinales que incluyen especies como Staphilococus aureus, Shigella, Campylobacter de yeyuno, Salmonella, Entamoeba histolytica, Giardia lamblia, Hepatitis A, B, C, D y citomegalovirus. También proctitis y proctocolitis causadas por virus herpes simplex, gonococo, Chlamydia trachomatis y Treponema pallidum.[17]

Según el Departamento de Sanidad Pública de San Francisco, entre el 70 y el 80% de los 75.000 casos de hepatitis registrados en esa ciudad se dan entre los homosexuales. Éstos son portadores de esa enfermedad en el 29% de los casos en Denver, del 66% en Nueva York, del 56% en Toronto, del 42% en Montreal y del 26% en Melbourne. El virus de la hepatitis A puede propagarse a través del agua o de alimentos contaminados y se transmite con facilidad en los colegios. La hepatitis C se transmite por vía sanguínea y sexual.

La hepatitis, la tuberculosis y los parásitos intestinales pueden ser contraídos a través de la saliva de personas infectadas que laboren en restaurantes o que manejen alimentos o, incluso, que se hallen a proximidad de los mismos. Dependiendo de la ciudad, entre un 39% y un 59% de homosexuales han sido infectados con parásitos intestinales tales como lombrices, gusanos y amebas.

  • Traumas relacionados con el contacto anal

El sexo anal es practicado por el 90% de los homosexuales y dos tercios participan regularmente según un estudio de Corey y Holmes. El grupo estudiado tuvo un porcentaje de 110 diferentes participantes sexuales y 68 "relaciones" rectales anuales.

Las probables consecuencias son: Incontinencia fecal, hemorroides, fisura anal, cuerpos extraños alojados en el recto, desgarros rectosigmoideos, proctitis alérgica, edema penil, sinusitis química, quemaduras de nitrito inhalado, etc.

El ano y el recto son órganos que tienen la función única y exclusiva de excretar los desechos digestivos del cuerpo. No poseen producción propia de lubricantes, necesaria para facilitar una penetración; su mucosa es sumamente delicada y sus vasos sanguíneos pueden desgarrarse fácilmente provocando el sangrado.

  • Enfermedades psicológicas.

Los homosexuales tienen mayor riesgo de padecer enfermedades mentales tales como depresión y tendencias suicidas, ansiedad, trastornos de la conducta, alcoholismo, drogadicción y violencia.[18] De hecho hay mucha más violencia dentro de la comunidad en sí misma que la originada desde fuera de ella.

Los homosexuales, hombres y mujeres, tienen una probabilidad 14 veces más alta que los heterosexuales de cometer intento de suicidio.[19] De acuerdo a la "Canadian Rainbow health coalition (CHRC)" los homosexuales tienen una probabilidad 3 veces más alta que los heterosexuales de lograr su cometido al intentar suicidarse.

El alcoholismo afecta entre el 20% y el 30% de la población homosexual. El 35% de las lesbianas tiene un historial de exceso de bebida, compárese con el 5% de mujeres heterosexuales. Además, aproximadamente un 30% de homosexuales y lesbianas son adictos a las drogas. [20].

Un estudio realizado por la Universidad de California (UCLA) en cerca de 2000 residentes del área de California, muestra que la población homosexual tiene mayor riesgo que los heterosexuales en el consumo y abuso de sustancias adictivas. Se encontró que en un año el 48.5% de homosexuales acudieron a clínicas de desintoxicación en contraste al 22.5% de heterosexuales.

Tratamiento

Artículo principal: Terapia de reorientación sexual

A quienes padecen este trastorno psicológico y desean eliminar o disminuir sus deseos y comportamientos homosexuales, se les recomienda realizar una terapia de reorientación sexual, también conocida como terapia reparativa.

Activismo gay

Terminología

Al decir del Dr. Nicolosi, es importante y esencial hacer la distinción entre ser gay y ser homosexual.

La palabra "gay" es un eufemismo que proviene del inglés: "alegre"; "divertido". No es un término científico con el cual se puede identificar el fenómeno. Los homosexuales comenzaron a usar esta palabra ya que consideraban que el término homosexual contenía el "estigma" de un diagnóstico médico hacia esta conducta y que, por lo tanto, "era despectivo". Y si bien aunque existan antecedentes de su uso como un término peyorativo, homosexual, es en realidad un término científico neutral usado para designar a las personas que se sienten atraídas sexualmente hacia miembros del mismo sexo.

Pero la palabra "gay", además, indica por sí misma una identidad sociopolítica. En otras palabras, todos los gays son homosexuales, pero no todos los homosexuales son gays.

Otro posible eufemismo ya demasiado extendido y mismo que no se pretende desvirtuar, es el propio término homosexualidad, pero que se observa como un intento de hacer entender la conducta homosexual como una supuesta variación de la sexualidad humana, en contraposición al término homosexualismo, que la Real Academia Española ya no contempla a pesar de su uso y de su mayor adecuación al fenómeno.

Desclasificación de la homosexualidad como trastorno

En 1973, la Asociación Norteamericana de Psiquiatría (APA por sus siglas en inglés) eliminó la homosexualidad de la lista de enfermedades y trastornos mentales contemplados en el DSM-III (Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders)[21]. Esta decisión se estableció oficialmente por una mayoría de apenas del 58% de los miembros generales de la APA en 1974, quienes decidieron sustituir ese diagnóstico por la categoría eufemística de "perturbaciones en la orientación sexual", que se sustituiría más tarde, en la tercera edición (el DSM-III), por el término homosexualidad egodistónica, que a su vez se eliminaría de la revisión de esa misma edición (DSM-III-R) en 1986. La APA clasifica ahora el persistente e intenso malestar sobre la homosexualidad propia como uno de los "trastornos sexuales no especificados".[22]

Dos años más tarde la Asociación Norteamericana de Psicología adoptó una resolución apoyando esa decisión. Durante más de 25 años ambas asociaciones han exhortado a los profesionales de sus respectivas disciplinas a que intenten eliminar "el estigma que vincula la orientación sexual con trastorno mental". El 17 de mayo de 1990, la Organización Mundial de la Salud (OMS) excluyó la homosexualidad del Código Internacional de Enfermedades.

Para entender el fenómeno político gay, tenemos que remontarnos a los hechos que precedieron a la desclasificación oficial de la homosexualidad como trastorno en 1973.

El primero sucedió en 1970, en el que miembros de la Gay Liberation Front interrumpieron una conferencia de la APA en San Francisco, acallando a los ponentes con sus gritos, amenazando a doctores, riéndose de los psiquiatras que veían la homosexualidad como una enfermedad y utilizando otras tácticas de presión para conseguir su propósito en aquel momento. Entre los psiquiatras participantes se encontraba Irving Bieber, quien realizaba un discurso sobre el tema cuando el grupo de militantes gays irrumpió en el recinto para oponerse a su exposición. Mientras se reían de sus palabras y se burlaban de su exposición, uno de los activistas le gritó: "¡He leído tu libro, Dr. Bieber, y si ese libro hablara de los negros de la manera que habla de los homosexuales, te arrastrarían y te machacarían y te lo merecerías!". Estos activistas a su vez se basaban en los pseudoestudios, entre otros, de Alfred C. Kinsey y de Evelyn Hooker.

El segundo de los incidentes, ocurrió el 3 de mayo de 1971, cuando un grupo de activistas gay irrumpió de nuevo en la reunión anual de la APA. El dirigente de los activistas se apoderó del micrófono y afirmó que los psiquiatras no tenían ningún derecho a discutir el tema de la homosexualidad y añadió: "podéis tomar esto como una declaración de guerra contra vosotros". Según refiere Ronald Bayer, conocido simpatizante de la causa gay, los gays usaron credenciales falsas para atiborrar el lugar y amenazaron a los que estaban a cargo de la exposición sobre tratamientos de la homosexualidad con destruir todo el material si no procedían a retirarlo inmediatamente. A continuación se inició un panel desarrollado por cinco militantes gays en el que defendieron la homosexualidad como "un estilo de vida" y atacaron a la psiquiatría como "el enemigo más peligroso de los homosexuales en la sociedad contemporánea".[23]

También Ronald Gold, de la 'Alianza del Activismo Gay', hombre abiertamente gay, era miembro del comité para suprimir la homosexualidad como diagnóstico en 1973, lo que demuestra la poca credibilidad en la imparcialidad de esa decisión. También destacan activistas homosexuales políticamente motivados, como el Dr. Richard Isay[24] de la APA, quien presionó para conseguir resoluciones que castiguen a los terapeutas que lleven a cabo la terapia reparativa. Otro activista homosexual, Clinton Anderson, director de la Oficina de Asuntos Lésbicos, Gay y Bisexuales de la Asociación Psicológica Americana[25], no permite que la NARTH entable un debate público o anunciar los encuentros de la NARTH en las publicaciones de la APA debido a que ésta no está de acuerdo con las premisas sobre las que se basa la terapia reparativa.[26] Los activistas de la APA también evitan el debate sobre el nuevo estudio del psiquiatra Robert Spitzer en el que cambia de opinión y afirma que la orientación sexual se puede modificar.[27]

El fundamento que daba antes Spitzer para suprimir la homosexualidad como diagnóstico en 1973 era que, para ser considerada un trastorno psiquiátrico, "debe producir con regularidad angustia subjetiva o asociarse con frecuencia con algún deterioro en la efectividad o en el funcionamiento social". Como otras condiciones sexuales que sí están clasificadas dentro de la lista de trastornos, la homosexualidad en sí misma no posee estos requerimientos para ser considerada un trastorno psiquiátrico, debido a que muchas personas están bastante satisfechas con su orientación sexual y demuestran no tener deterioro generalizado en la efectividad o en el funcionamiento social.[28] Sin embargo, este argumento sólo considera el hecho de que "muchos homosexuales estén satisfechos con su orientación sexual", (homosexualidad egosintónica) pero no considera al gran número de homosexuales que no lo están y que experimentan regularmente "angustia subjetiva y deterioro generalizado en el funcionamiento social" (homosexualidad egodistónica). Por lo tanto, la supresión del diagnóstico es desfavorable para aquellos que desean buscar tratamiento para su condición.

La protesta del Dr. Dean Byrd expresando su disconformidad, exhorta a los especialistas de la salud: "ya es hora de que los americanos insistamos en la verdad, no en la política, de todas nuestras organizaciones profesionales".

La farsa del Estudio Kinsey

Los estudios realizados por Kinsey en 1948[29] afirmaron que, analizados tanto comportamiento como identidad, la mayor parte de la población parecía tener alguna tendencia bisexual, aunque comúnmente se prefiere un sexo u otro. Según Kinsey, sólo una minoría del 10% de la población sería completamente heterosexual o completamente homosexual. Sin embargo, el Dr. Kinsey fue desacreditado nada más y nada menos que por el Instituto Kinsey, instituto que él mismo fundó. John Bencroff, director del instituto, nos revela que el Dr. Kinsey basó sus estadísticas en el diario de un pedófilo quien había anotado sus experiencias sexuales con 317 adolescentes. Bencroff dice que Kinsey dio la impresión de que su información provenía de tres o cuatro hombres, cuando en realidad su información provenía de un solo hombre. Vemos entonces que, tanto su punto de partida como de llegada, estos pseudo-estudios son los propios de una persona motivada políticamente y no los de un investigador que busca la verdad.

Probablemente la población homosexual de Estados Unidos solo esté entre 1% y 3%. Según un estudio hecho por el Instituto Kinsey en 1970, solamente un 1.4% de la población estadounidense se involucra en una relación homosexual después de los 20 años de edad. Esto es consistente con una encuesta hecha en 1989 que probó que menos del 1% de los adultos estadounidenses se involucra en una relación sexual con alguien del mismo sexo.

Estudios posteriores han demostrado que el informe de Kinsey había exagerado la prevalencia de la bisexualidad en la población y que sus experimentos fueron arbitrarios al tomar como muestra estadística a poblaciones de prisioneros de las cárceles, los cuales algunos habían desarrollado comportamientos homosexuales. Estos estudios críticos concluyeron además e independientemente los siguientes porcentajes de homosexualidad en la población:

  • 1.4% Instituto Kinsey (1970)
  • 1-2% Irving Bieber (en los 1970)
  • 2-3% William Simon (1974)
  • 2-3% Hunt (1974)
  • 1% Smith (Encuesta Nacional - 1989)
  • 1.6-2% Turner, Faye, Klassen, Cagnon (1989)
  • 1.6% NORC- University of Chicago, (Encuesta Nacional -1990)

Si se toma en consideración un probable 1% por aquellos homosexuales que no se han declarado como tales, el resultado en promedio sería de 2.5% aproximadamente. La mayoría de los investigadores están de acuerdo con que el 2.5% de la población puede ser homosexual.

Estadísticamente, la homosexualidad es de una mucha menor incidencia que la heterosexualidad.

Teorías pseudocientíficas
La "teoría" de la existencia de varios géneros

Una de las últimas "teorías" enunciadas para explicar la homosexualidad se basa presuntamente en el llamado darwinismo social. Propuesta por la profesora de biología de la Universidad de Stanford, Joan Roughgarden[30] , esta "teoría" se opone a la selección natural y la selección sexual de Charles Darwin y niega la constitución natural de la sexualidad en dos sexos o géneros, uno masculino y otro femenino. Toma como ejemplos especies del reino animal y grupos de culturas distintas de la occidental, y alega que "la naturaleza y las diferentes sociedades ofrecen soluciones sorprendentes a la sexualidad", da como ejemplos a peces con varios tipos diferentes de machos o cuyos componentes cambian de sexo en caso de necesidad; mamíferos que tienen a la vez órganos reproductores masculinos y femeninos (hermafroditas), etc. En el caso de la biología humana, afirma que la existencia de homosexuales, transexuales y hermafroditas no es más que "una variación natural que se integra perfectamente en la diversidad mostrada por los demás animales". La expresión social de esta diversidad se encontraría supuestamente en sociedades como la de los indios norteamericanos, los mahu polinesios, los hijra indios o los eunucos, a los que identifica con personas "transgénero".

Sin embargo, algunos animales que cambian de sexo, como ciertas especies de ranas y peces, lo hacen de forma natural y bajo ciertas condiciones extremas, como cuando en la población existe mayor cantidad de hembras que de machos, por lo cual las hembras necesitan compensar ese desequilibrio, cambiando totalmente su estructura reproductiva para poder aparearse y con el único propósito de reproducirse. Los transexuales no son en absoluto una variación de este tipo, porque no cumplen dos razones fundamentales:

  1. El aparente "cambio de sexo" de humanos "transexuales" se hace artificialmente bajo procedimientos quirúrgicos y tratamientos hormonales.
  2. Este "cambio de sexo" se realiza con cualquier propósito imaginable a excepción del de reproducirse.

Un artículo publicado por el laboratorio de Roughgarden en la revista Science, fue fuertemente criticado. Cuarenta científicos escribieron diez cartas y uno de ellos llegó a decir que era "ciencia de muy mala calidad y de pobre erudición".

Teoría Queer

Los activistas gay han fabricado una ideología sexual denominada como "teoría queer", que actualmente es promovida como una explicación científica de la sexualidad humana. Ésta plantea la idea de que todas las orientaciones sexuales (tanto heterosexualidad como homosexualidad) y la identidad sexual o de género de las personas son el resultado de una "construcción social" y que, por lo tanto, no existirían "papeles sexuales biológicamente inscritos en la naturaleza humana, sino formas socialmente variables de desempeñar uno o varios papeles sexuales".

De este modo, tanto la atracción hombre-mujer, masculino-femenino y la identidad sexual, así como los roles de género adoptados por la especie humana desde la prehistoria -como el papel de proveedor por parte del padre y el cuidado del hogar y la familia por parte de la madre- serían fenómenos artificiales creados arbitrariamente por la sociedad y la cultura sin ninguna base funcional evolutiva, negando así cualquier relación con la naturaleza sexuada manifiesta en el reino animal en general, y particularmente en los mamíferos.

Esta "teoría", aunque desplaza a la homosexualidad fuera de lo estrictamente natural, también lo hace con la heterosexualidad, convirtiendo a cada una en un fenómeno equivalente. Pero además, esto supone el intento de establecer que la biología no tiene nada que ver con la manera en que un sexo se siente atraído hacia el otro, obedeciendo al instinto sexual que es fundamental para la procreación y la supervivencia de la especie.

Homosexualidad y estado civil

Artículo principal: Matrimonio homosexual

Los activistas gay han conseguido la ampliación de supuestos derechos en la estructura social de varios países. Estos "derechos" incluyen el reconocimiento social, cultural y jurídico que regula la relación y convivencia de dos personas del mismo sexo, con iguales requisitos y efectos que los existentes para los matrimonios, es decir, las instituciones formadas entre dos personas de distinto sexo.

Según la Real Academia Española, el matrimonio es la unión de hombre y mujer concertada mediante determinados ritos o formalidades legales.

Adopción de niños por parte de homosexuales

Artículo principal: Adopción de niños por homosexuales

La adopción de niños es uno de los privilegios otorgados a los homosexuales que más debate y oposición ha suscitado.

Los niños son el resultado de la unión exclusiva de un hombre y una mujer. El hecho de tener niños no es un aspecto inherente ni característico de las relaciones homosexuales, tampoco es un hecho natural incontrovertible e innegable. Por más que un hombre tenga sexo con otro hombre, o bien, una mujer con otra mujer, no será posible la concepción del embrión. La naturaleza sexual no estableció que los individuos fuesen producto de las uniones homosexuales, y por la misma razón tampoco estableció que fuesen criados por homosexuales. Si la naturaleza hubiese querido que fuera así, los opositores a estos privilegios no tendrían nada que discutir al respecto, sin embargo, en razón de este único principio natural y evidente, la mayoría de la sociedad rechaza la adopción gay. Gradualmente, a la vez que este privilegio va imponiéndose y desarrollándose en la sociedad, van apareciendo también sus consecuencias.

Homosexualidad y pederastia

Artículo principal: Homosexualidad y pederastia

Otro de los aspectos que ocupan al movimiento gay es el esfuerzo por reducir la edad legal o de consentimiento para las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo, y por más que los sectores homosexuales lo nieguen o lo ignoren, esto no deja de ser una triste realidad.

Un punto del debate al que no se le da demasiada publicidad es el tema de la pederastia.

No pocos grupos de homosexuales quieren incluso lograr que sea permitida la actividad sexual entre adultos y niños. Un estudio reciente del Family Research Council analiza los intentos para reducir la edad del consentimiento en diversas partes del mundo.

La APA ha afirmado cínicamente que "Otro mito sobre la homosexualidad es la creencia errónea de que los homosexuales tienen una mayor tendencia a abusar sexualmente de los niños que los heterosexuales. No existen pruebas de que los homosexuales tiendan a un mayor abuso sexual de los niños que los heterosexuales".

Sin embargo, que los homosexuales tengan una mayor tendencia a abusar sexualmente de los niños que los heterosexuales, no es una creencia, es un hecho. La Dra. Judith A. Reisman, profesora de investigación de la American University confirma que solamente el 9% de la población heterosexual, es pederasta. En cambio la población homosexual pederasta alcanza el 60%.[31]En otras palabras, el 87% de la población pederasta es homosexual, mientras que el 13% restante es heterosexual.

Desinformación y adoctrinamiento escolar

Ilustración del aberrante cuento homosexual para niños llamado "Rey y rey", por autoría de Linda De Haan y Stern Nijland

Muy tristemente, centros de educación infantiles como las escuelas de Massachussets y otras áreas de los Estados Unidos están ya adoctrinando a los niños de preescolar y de la escuela elemental o primaria a equiparar las relaciones homosexuales a las del matrimonio entre un hombre y una mujer. En España incluso, una organización llamada "ONG por la No Discriminación", con el apoyo de la dibujante Luisa Guerrero (autora del primer cuento infantil homosexual escrito en español) y la presunta psicóloga Isabel Carmen Rodríguez García, se han dado la tarea de elaborar cuentos infantiles con temática homosexual, con el propósito de que desde temprana edad los niños perciban que la homosexualidad sea una "variable natural y normal más en la diversidad de los individuos de toda sociedad"[32]. Esto sitúa a muchos padres, como David Parker, ante una posición realmente intolerable para ellos, pues no desean entrar en particulares sobre la homosexualidad con un niño pequeño, y la única solución para muchos de estos padres ha sido retirar a sus hijos de esas escuelas y buscar otras alternativas.[33]

La APA incluso reconoce que, en la mayoría de las personas, la condición homosexual se determina a una edad muy temprana.[34] La desinformación intencionada sobre la homosexualidad tiene el propósito de elevar el porcentaje de homosexuales en la población, causando un grave riesgo para la salud pública.

Legislación

Situación ilegal de la homosexualidad en el mundo

A pesar de la gran maquinaria propagandística de los medios de comunicación, así como la clase política gobernante en las naciones de cultura occidental que justifican, apologizan y promueven la homosexualidad, en oriente por el contrario, la homosexualidad es considerada un delito en más de 40 países, con penas que van desde menores, prisión perpetua hasta la pena capital.

En el gráfico de la derecha, se observan las naciones o estados que condenan la homosexualidad:

Pena capital

Cadena perpetua

Pena mayor

Pena menor

Por ejemplo, el código penal jamaicano prohíbe el sexo entre hombres, al igual que en muchas partes del Caribe anglófono. El Artículo 76 de la Ley de los Delitos contra la persona prohíbe "el abominable crimen de la sodomía", bajo penas que llegan hasta los 10 años en prisión con obligación de realizar trabajos forzados. El Artículo 77 estipula condenas de hasta 7 años en prisión por intento de sodomía. El Artículo 79 prohíbe "cualquier acto de escándalo público" entre hombres, ya sea en público o en privado, con condenas de hasta 2 años de cárcel, con o sin trabajos forzados.

La homosexualidad también es delito en la India, el principal país hindú. El artículo 337 del código penal de la India que permanece vigente desde el periodo colonial británico, redactado en 1860 por Lord Thomas Macaulay, dice que: "Quien, voluntariamente, tenga un contacto carnal contra el orden de la naturaleza con un hombre, una mujer o un animal, será castigado con - la prisión de por vida - o por un periodo que puede llegar a diez años, y deberá pagar una multa."[35]

Sabía usted...

  • Que según diversos estudios, existe una relación significativa entre homosexualidad y pederastia: entre el 22% y el 60% de los homosexuales son o han sido pederastas.
  • Que los movimientos gay de varios países están intentando reducir la edad de consentimiento sexual entre personas del mismo sexo hasta los 10 años (en Holanda ya está en 12 años), así como legalizar el incesto.
  • Que, según estadísticas del gobierno de EEUU en 1992, entre el 17% y el 24% de chicos menores de 18 años son víctimas de abusos homosexuales, comparado con el 0.09% de chicas víctimas de abusos por heterosexuales (Judith A. Reisman, American University).
  • Que algunos psicólogos quieren que la pedofilia sea considerada un comportamiento normal (Dr.M.Wertheimer).
  • Que el diario METRO publicaba el 14/01/2005 que niños de la calle en Barcelona ofrecen servicios sexuales a los gays en las zonas de "cruising": "...son chavales, la mayoría inmigrantes de familias desestructuradas..." (ver guía www.gayinspain.com : "en la plaza Sant Miquel "suele haber algunos chavales". Al aire libre está la Plaza Catalunya, donde "hay chicos que buscan protección").
  • Que, según el Journal of the American Medical Association, el 50% de los hombres enfermos de SIDA han tenido relaciones sexuales con un hombre adulto antes de los 16 años, y el 20% antes de cumplir los 10.
  • Que según un estudio longitudinal publicado en 1997 en el Journal of Orthopsychiatry (Golombok y Tasker), a la edad adulta, los hijos criados por lesbianas tienen un 24% más de incidencia en relaciones homosexuales que los hijos de madres heterosexuales.
  • Que la práctica homosexual reduce en 20 años la esperanza de vida, aumenta 5 a 10 veces el riesgo de SIDA, y que entre el 70% y el 78% de los gays aseguran haber tenido una enfermedad de transmisión sexual.
  • Que las personas (adultos y jóvenes) con prácticas homosexuales son más propensas a padecer enfermedades mentales (depresión, ansiedad, trastornos de conducta), al abuso de drogas y a experimentar tendencias suicidas.
  • Que la violencia entre parejas homosexuales es de 2 a 3 veces más frecuente que entre las heterosexuales, y que las uniones homosexuales, son significativamente más propensas a romperse que las heterosexuales.
  • Que la duración media de las relaciones homosexuales es de dos a tres años y que, según la Federación Estatal de Gays y Lesbianas, los homosexuales tienen una media de 39 relaciones con distintas personas a lo largo de su vida.
  • Que el estudio de la Universidad de Sevilla tiene serios defectos metodológicos (sesgo de selección, pérdida de 50% de la muestra, etc.)
  • Que los movimientos gay no practican la tolerancia que predican y reclaman, pues persiguen judicial y mediáticamente a todo el que discrepa de sus ideas y reivindicaciones y niegan a los demás la libertad de expresión y de acción.
  • Que el Colegio Americano de Pediatras considera inapropiado, demasiado arriesgado y peligrosamente irresponsable para los niños, cambiar la tradicional prohibición sobre la paternidad de los homosexuales, ya sea mediante adopción, tutela o reproducción artificial. Esta posición está basada en los mejores datos científicos disponibles. ¿Son estos los padres idóneos para adoptar a un niño? ... tal vez, en el futuro, el tuyo?.

Fuentes

  • Journal of Sex & Marital Therapy, K. Reund et al., 1984
  • Eastern Psychological Assoc. Convention, N.Y., Dr. Raymond A. Knight, 1991
  • Journal of the American Medical Association, J. Wassermann et al., 1984, 1986
  • Journal of Interpersonal Violence, W.L. Marshall et al., 1991
  • Psychiatric Journal, University of Ottawa, J.W. Bradford et al., 1988.

Referencias

  1. Jeff Satinover, Homosexuality and the Politics of Truth, Baker, 1996.
  2. Existe una carta de Freud de 1935 (Carta a una madre americana) que se usa a menudo para demostrar que Freud cambió de opinión al respecto de la homosexualidad, pues en ella, expresó que la homosexualidad "no es un vicio, ni un signo de degeneración, y no puede clasificarse como una enfermedad", sin embargo no tenemos conocimiento sobre algún estudio que respalde esta idea oficialmente. Una simple carta no tiene la misma validez que tres ensayos.
  3. Gadd, 1998.
  4. Masters and Jonhson, Human Sexuality, 19 (pp. 319-320), Masters and Johnson, V.E. (1979). Homosexuality in Perspective. Toronto; New York: Bantam Books. ISBN 0-553-20809-8.
  5. Crewdson, 1997; Horgan, 1995; McGuire, 1995; Porter, 1996; Rice, 1999.
  6. Revista Science, 1991.
  7. The New York Times, 15 de octubre de 1985.
  8. Op. cit.
  9. J.M. Bailey y R. D. Pillard, A genetic study of male sexual orientation, Archives of General Psychiatry, 48, 1089, 1991
  10. Parker, William, Homosexuality, Scarecrow Press (January 1971), ISBN-10: 0810804255
  11. 14,0 14,1 [www.frc.org/get.cfm?i=IS02E3&v Dailey, T. Homosexuality and Child Abuse. Family Research Council. Número 247.]
  12. Satinover, J. (2003). Homosexuality and the Politics of Truth. Grand Rapids, Michigan: Hamewith Books, p.57
  13. Whitehead, N. Homosexuality and Mental health Problems.
  14. C. Bagley and P. Tremblay, Suicidal Behaviors in Homosexual and Bisexual Males, Crisis 18 (1997): 24-34.6
  15. César Vidal, La homosexualidad no es lo que era, artículo del 16-11-2002.
  16. Isay, Richard, Becoming Gay.
  17. Kathleen Melonakos, ¿La homosexualidad es nociva para la salud?
  18. Robert Spitzer, Can Some Gay Men and Lesbians Change Their Sexual Orientation?: 200 Participants Reporting a Change from Homosexual to Heterosexual Orientation (Archives of Sexual Behavior, October 2003, p.403-417) PMID 14567650
  19. Spitzer, et al., p. 1215.
  20. Alfred C. Kinsey, Sexual Behavior in the Human Male (1948) y Sexual Behavior in the Human Female (1953).
  21. Joan Roughgarden, Evolution's Rainbow: Diversity, Gender and Sexuality in Nature and People. Paperback ed. Los Angeles: Univ. of California Pr., 2004.
  22. Judith A. Reisman, Crafting Gay Children. Psychiatric Journal, University of Ottawa, J. W. Bradford et al., 1988
  23. Riesenfeld, R. (2000), Papá, mamá, soy gay, México, Ed. Grijalbo.
  24. APA Online. Public Affairs.
Nota: Para ver las referencias es necesario registrarse e iniciar sesión en Metapedia.

FUENTE: http://es.metapedia.org/wiki/Homosexualismo

3 comentarios:

  1. No soy católica,soy CRISTIANA con absoluta convicción,Y quiero unicamente presentarles mis felicitaciones a los autores de ésta página,es urgente hacer algo para proteger y defender a nuestras nuevas generaciones, a nuestros valores,a las familias, a la sociedad,a las naciones que cada día caen bajo el peso aniquilante de tanta perversión.y que ahora etiquetan de simple preferencia y le cuelgan una filosofía barata,falsa y dolosa,que ya supura podredumbre y corrompe hasta a nuestros niños.ENHORABUENA.

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  2. ¿Sabes que este articulo está tomado de una pagina web nazi? Entre otras cosas, esa página justifica el régimen nazi de Hitler en Alemania.

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  3. Si de entrada me calificas de pervertido, parafílico y antinatural me das una gran lección de respeto y amor cristiano a los demás.
    Con tus palabras tan homofóbicas en verdad me impulsas a "arrepentirme y creer en tu evangelio".

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