miércoles, 30 de octubre de 2013

María + Visión - ¿Qué es la Sagrada Tradición? - Apologética, razones de nuestra esperanza - Rafa Piña

MARÍA DE LA DIVINA MISERICORDIA/ MARY DIVINE MERCY: MENSAJES HERÉTICOS Y CISMÁTICOS. MENSAJES FALSOS. FRAUDE.

¿Qué tenemos que pensar del “Gran Aviso de Dios” de la vidente Maria Divine Mercy?

Las supuestas revelaciones privadas recibidas por la supuesta vidente no tienen el respaldo de la Iglesia y contienen errores teológicos

30.10.2013
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Luis Santamaría

1. En cuatro años escasos, se han difundido a nivel mundial las supuestas revelaciones privadas recibidas por alguien conocido como Maria Divine Mercy (MDM).

Entre la multitud de supuestas revelaciones que circulan por el mundo, están teniendo una extraordinaria difusión por Internet las que se engloban bajo el título genérico de “el Gran Aviso de Dios”, tras las cuales está una supuesta vidente que se esconde tras el pseudónimo de Maria Divine Mercy o María de la Divina Misericordia (MDM). Se presenta como “profetisa y visionaria católica romana europea, por el momento oculta”, y asegura que los más de 650 mensajes que publica le han sido revelados “por la Santísima Trinidad y la Madre de Dios” desde noviembre de 2010.

En cuanto al contenido de los mensajes, puede resumirse así: nos encontramos en los tiempos anteriores a la Segunda Venida de Cristo y Dios Padre, Jesucristo y la Virgen María le cuentan a la supuesta vidente los “acontecimientos mundiales” que están por venir. Hay una llamada a la conversión y a la oración, imprescindibles ante la amenaza que se cierne sobre una humanidad pecadora. Los mensajes originales son en inglés, pero están traducidos a más de 20 idiomas en páginas de Internet publicadas con este fin. Además, ha publicado una obra titulada The Book of Truth (El Libro de la Verdad, que ya va por su segundo volumen) y también difunde “El Sello del Dios Vivo”, un documento que garantiza a su poseedor la protección divina frente al Anticristo.

Luis Santamaría, “Sobre las profecías de la vidente Maria Divine Mercy”, InfoCatólica.

2. Varios autores, entre ellos teólogos, han indicado las barbaridades y los errores doctrinales en los cientos de mensajes presuntamente recibidos del cielo por MDM.

Junto a contenidos pertenecientes a la fe y la doctrina cristiana, perfectamente asumibles por cualquier creyente, en los mensajes presuntamente divinos aparecen errores de importancia. Además de que, en su globalidad, plantea unos añadidos importantes a la revelación divina tal como la entiende la Iglesia. Como afirma Benedicto XVI en la exhortación Verbum Domini, una revelación privada “se manifiesta como creíble precisamente cuando remite a la única revelación pública” (n. 14).

El popular apologista católico Jimmy Akin ha detallado algunos elementos que llevan a desechar los mensajes de MDM: además del carácter anónimo de la vidente, destaca su pretensión de ser “el séptimo ángel” del Apocalipsis y la profetisa del fin de los tiempos. Los juicios de MDM sobre los papas Benedicto XVI y Francisco son muy significativos: del primero dice que es el último pontífice, que guiará a la Iglesia en los últimos días, será obligado a salir de la Santa Sede y será objeto de una conspiración para asesinarle, mientras que el obispo de Roma actual es un antipapa, llamado también “el falso profeta”. En cuanto a la lectura de los signos de los tiempos, en los mensajes observamos que ya nos encontramos en el período de la gran tribulación, que el Anticristo está al llegar –y, junto con Francisco, creará la nueva religión mundial–, que tendrá lugar muy pronto el Gran Aviso –un acto de la misericordia de Dios–, que justo después volverá Cristo y que vendrán los mil años de paz y de destierro del Diablo (un milenarismo rechazado por la Iglesia, cf. Catecismo de la Iglesia Católica n. 676). Además, las profecías de MDM están ligadas a fechas concretas, lo que va engrosando una lista de anuncios fallidos.

Por eso Akin llega a afirmar directamente que “adherirse a sus profecías puede resultar pecado grave y delito canónico de cisma”, por considerar al sucesor de Benedicto XVI en la sede romana un falso profeta (cf. Código de Derecho Canónico, c. 751). Otros autores han señalado errores teológicos de importancia, como la afirmación de que Dios Padre viene en el nombre de Jesús y otras formulaciones que desvirtúan la doctrina de la Santísima Trinidad.

Jimmy Akin, “9 things you need to know about ‘Maria Divine Mercy’”, National Catholic Register.
Mark Miravalle, “A closer look at the false prophecies of Maria Divine Mercy”, New Advent.

3. La Iglesia católica tiene una normativa y unos criterios para discernir la verdad o no de las revelaciones privadas, y las de MDM no superan el más mínimo examen.

En 1978 la Congregación para la Doctrina de la Fe publicó, con la aprobación expresa de Pablo VI, las Normas sobre el modo de proceder en el discernimiento de presuntas apariciones y revelaciones, un documento redactado en latín que quedó reservado para los obispos hasta su publicación oficial en las principales lenguas en 2011. En la brevedad del texto encontramos los criterios fundamentales para valorar estas revelaciones privadas y que son, básicamente, la plena comunión con la Iglesia y los buenos frutos. De ello se siguen unas normas prácticas que deben tener en consideración los obispos a la hora de juzgar sobre el hecho concreto, antes de pasar a la aprobación o no.

¿Cuáles son esos criterios? Vamos a verlos y a aplicarlos al caso concreto de las revelaciones de MDM. El primero es “la certeza moral o, al menos, una gran probabilidad acerca de la existencia del hecho, adquirida gracias a una investigación rigurosa”. En el caso que nos ocupa no puede comprobarse esto, ya que se trataría de una experiencia individual de visiones o locuciones, sin posibilidad de contar con testigos externos. Después el documento habla de varias circunstancias particulares, empezando por las “cualidades personales del sujeto o de los sujetos (principalmente equilibrio psíquico, honestidad y rectitud de vida, sinceridad y docilidad habitual hacia la Autoridad eclesiástica, capacidad para retornar a un régimen normal de vida de fe, etc.)”. Algo que tampoco puede aplicarse aquí, porque nadie sabe quién es la vidente ni cómo es su vida, ni, por supuesto, su obediencia o no a los pastores de la Iglesia –aunque puede sospecharse por lo que dice– en el caso de alguna medida pública de corrección.

En cuanto al contenido de la revelación, se pide “doctrina teológica y espiritual verdadera y libre de error”, algo que tampoco se cumple en lo dicho por MDM, tal como han indicado diversos autores. El otro criterio positivo es la “sana devoción y frutos espirituales abundantes y constantes”. Algunos defensores de la presunta vidente afirman que se han dado conversiones, pero es imposible comprobarlo y más bien parece que se da un distanciamiento de la Iglesia y de sus pastores bajo la capa de una obediencia “directa” y sin intermediarios a Dios, a Jesucristo y a la Virgen María, en una suerte de individualismo y desinstitucionalización radical. Junto a estos criterios, la Congregación para la Doctrina de la Fe señala otros de carácter negativo que hay que tener en cuenta: el error del hecho, los errores doctrinales, el afán de lucro, los actos inmorales y la presencia de enfermedades psíquicas, elementos ciertamente difíciles de valorar en este caso, por lo oscuro y desconocido de las revelaciones y de la misma vidente.

Congregación para la Doctrina de la Fe, Normas sobre el modo de proceder en el discernimiento de presuntas apariciones y revelaciones.
Joseph Ratzinger, “Comentario teológico” al Tercer Secreto de Fátima.

4. Varios obispos de países diversos se han pronunciado públicamente sobre las revelaciones de MDM, prohibiendo su difusión en sus Diócesis respectivas, y a día de hoy no se conoce ninguna declaración oficial favorable.

El documento recién citado de la Congregación para la Doctrina de la Fe es claro cuando dice que las autoridades eclesiásticas deben intervenir si se dan circunstancias graves, que ejemplifica así: “para corregir o prevenir abusos en el ejercicio del culto y de la devoción, para condenar doctrinas erróneas, para evitar el peligro de misticismo falso o inconveniente, etc.”. Esto es, justamente, lo que han hecho varios obispos recientemente: prohibir en sus Iglesias locales la difusión de las revelaciones de MDM, interviniendo así “pronto y prudentemente”. Por otro lado, ningún pastor de la Iglesia ha emitido pronunciamiento favorable alguno desde el comienzo del caso, ni tampoco se conoce que la supuesta vidente haya solicitado aprobación eclesiástica. Esta solicitud legítima a la jerarquía es señal, según la normativa vaticana, de estar “en comunión con los Pastores y no movidos por un espíritu sectario”, lo que da idea de lo que sucede realmente en este tema de MDM.

+ Andreas Laun, obispo auxiliar de Salzburgo (Austria), publicó un artículo en julio de 2012 haciendo algunas precisiones interesantes (sobre la no confirmación celestial de esta revelación privada, o el uso de la expresión “Iglesias cristianas”, que en el lenguaje católico se reserva al catolicismo y a la ortodoxia oriental), y señalando que algunas cosas del Gran Aviso, como la lucha de Dios Padre y de las jerarquías celestes en la batalla de Harmagedón “suenan como ‘El Señor de los Anillos’ y no a una revelación privada que reconocerá la Iglesia”. Dice que es confuso lo que se afirma acerca del nuevo sufrimiento de Cristo, cuando creemos que ahora reina a la derecha del Padre.

También critica todo lo relativo a la preparación para la segunda venida de Jesús, y afirma que lo que hay de verdadero en estas profecías ya lo conocemos, mientras que lo demás podemos ignorarlo. Por eso monseñor Laun dice “avisar sobre el aviso”. Si Dios quiere decirnos algo importante en la actualidad, lo hará sin necesidad de jugar al escondite o enviar pistas, como parece aquí. “Si yo quisiera también podría inventar ‘revelaciones’ así todos los días”, concluye.

+ Štefan Sečka, arzobispo de Spišská (Eslovaquia), escribió una carta a sus fieles en noviembre de 2012, con un pronunciamiento claro: “he hallado que se trata de una enseñanza herética, que no está de acuerdo con la enseñanza de la Iglesia y que está dando muestras de sectarismo”. Aunque los mensajes coinciden en muchos puntos con la doctrina católica, en ellos “las citas de la Escritura son comentadas y explicadas arbitrariamente y en sentido contrario a las enseñanzas de la Iglesia Católica”.

Y aprovecha para recordar que ya en los comienzos del cristianismo pasó esto, como señala San Pedro en su segunda carta: “ninguna profecía de la Escritura puede ser interpretada por cuenta propia” (2 Pe 1, 20). Además, monseñor Sečka advierte a los sacerdotes de que no deben cooperar con este invento bendiciendo el “Sello del Dios Vivo” (un documento que el movimiento de la falsa vidente manda imprimir y rezar). Y dice: “a todos los creyentes que quizás por ignorancia comenzaron a creer en los mensajes mencionados, por favor, les urjo a dejar estas enseñanzas heréticas y a no difundirlas”.

+ Mark Coleridge, arzobispo de Brisbane (Australia), escribió en mayo de 2013 una carta dirigida a todos los fieles de su Archidiócesis. En ella afirma: “he examinado algunos de estos mensajes y los he hallado evidentemente fraudulentos y corrosivos de la verdadera fe cristiana tal como la enseña la Iglesia Católica. La supuesta receptora de los mensajes opera anónimamente y rechaza identificarse y presentarse a la autoridad local de la Iglesia para un examen teológico del contenido de sus mensajes”.

Monseñor Coleridge continúa diciendo: “los mensajes contienen algunos errores teológicos e históricos, de los cuales algunos caen en la categoría de un falaz milenarismo, y es más probable que provoquen temor más que la paz del Espíritu. Juegan con elementos de la fe católica sólo para socavarla en su núcleo. Además, son escandalosos en sus afirmaciones contra el Papa Francisco”. Conclusión de la carta: “los mensajes de Maria Divine Mercy no han de tomarse en serio, ni discutirse ni distribuirse en la Archidiócesis de Brisbane”.

+ Richard J. Malone, obispo de Buffalo (Nueva York), en calidad de administrador apostólico de la Diócesis de Portland (Maine), escribió el 27 de agosto de 2013 una carta a los sacerdotes de Portland señalando que como algunos de los mensajes de MDM “promueven actitudes negativas contra las enseñanzas del Concilio Vaticano II y del papado” –cosas que ciertamente no son optativas o de libre elección para los católicos–, se ha puesto a investigar. Y preguntando a las Conferencias Episcopales de los EE.UU. (de la que forma parte) y de Irlanda (ya que se dice que la supuesta señora vive en Dublín), nadie dice saber nada.

La técnica del pseudónimo, afirma, hace difícil la investigación. Por lo que cita a monseñor Coleridge para concluir que “dado el hecho de que la Iglesia no se ha pronunciado aún sobre la autenticidad de estas ‘revelaciones’, y dado el hecho de que más de un obispo las ha juzgado como algo que socava la fe de la Iglesia en su mismo núcleo, por la presente prohíbo la difusión o promoción de los materiales de Maria Divine Mercy en la Diócesis de Portland. Si alguien se te acerca o te enteras de que alguien en tu parroquia habla sobre ello o promueve estos materiales, por favor adviértelo de esta prohibición. Esta prohibición estará en vigor hasta el momento en el que las ‘revelaciones’ sean autentificadas por la Iglesia”.

Luis Santamaría, “También algunos obispos han hablado sobre Maria Divine Mercy”, InfoCatólica.

Fuente: http://www.aleteia.org/es/religion/q&a/que-tenemos-que-pensar-del-gran-aviso-de-dios-de-la-vidente-maria-divine-mercy-9764002 

domingo, 27 de octubre de 2013

NO HAY YOGA CRISTIANO. EL YOGA ES UNA RELIGIÓN CONTRARIA AL CATOLICISMO. LOS CATÓLICOS NO DEBEN PRACTICAR YOGA.

Un Dios, una verdad

El prior de un monasterio, ex-maestro de Yoga formado en la India, advierte: «No hay Yoga Cristiano»

«No hay yoga cristiano, sino que hay cristianos que hacen yoga», dice quien fuera maestro de esa disciplina que es, advierte, un camino de vida. Hoy el belga Joseph-Marie Verlinde es sacerdote y Prior de un monasterio en Francia. Su diáfana reflexión sustentada en la experiencia cuestiona los argumentos que presentan al yoga como simples y benéficos ejercicios de acondicionamiento físico y psíquico.
26/10/13 8:50 PM


(Portaluz/InfoCatólica) Dejó una carrera científica que iba en ascenso y viajó a la India para ser un auténtico cultor del Yoga. También cultivo prácticas del esoterismo y necesitó ser exorcizado. Sus advertencias a los católicos están fundadas en la experiencia.

En su libro «La Experiencia Prohibida», del que presentaremos algunos extractos, amén de pasajes de una entrevista emitida por «Net For God Production» nos transparenta verdad y la pasión por su respuesta fiel a Dios, quien finalmente conquistó su alma.

Apenas con 20 años ya era un aventajado científico en el Fondo Nacional de Investigación Científica de Bélgica, cuando se hizo parte de la gran revolución cultural de 1968. «Yo era investigador de Química Nuclear y los medios científicos y de investigación se encontraban en plena efervescencia. En ese momento, me dejé llevar por esa ola. Me enfoqué hacia las propuestas de oriente que invadían el horizonte de la cultura occidental».

La revolución de las estructuras y de la conciencia

Ni su sólida educación cristiana, como tampoco la innata cualidad crítica de su ser científico impidieron que fuere impactado por el movimiento de estructuras en la sociedad de la época. Y un día cualquiera, se quedó absorto ante un afiche publicitario que invitaba a practicar la Meditación Trascendental. Aquello de ser una «vía simple, fácil y eficaz», dice, para llegar a estados superiores de conciencia y una autorrealización plena, era irresistible. «Me entregué a practicar intensamente -detalla- hasta el punto de que llegué a encontrarme tan ensimismado como si estuviese fuera de la realidad e incapaz de asu­mir mi labor en el laboratorio donde trabajaba».

El gurú y la seducción del Yoga

Es entonces cuando conoció a un renombrado seguidor del yoga, llamado Maharishi Mahesh Yogi. «Como prestaba una atención especial a los hombres de ciencia, me recibió cordialmente. Empezó haciéndome practicar la técnica aún más intensamente, pues, según él, las dificultades que experimentaba se debían a que debía relajar tensiones profundas. Tras ese tiempo de «purificación», me propuso conver­tirme yo mismo en maestro de la meditación, y me formó para ello».

Por casi tres años exploró en las afamadas bondades del yoga, permaneciendo en una comunidad espiritual (Ashram) en la India. Pronto fue entrenado, allí, en la cuna del Yoga, descubriendo, dice, que la práctica «era una gran liturgia. Mientras que aquí, los occidentales hacían y hacen yoga como ejercicios de relajación. Incluso cuando le dije al gurú en un viaje a Alemania que los europeos estaban haciendo yoga para relajarse, él tuvo un ataque de risa. Luego, pensó por un momento y dijo «esto no evitará que el yoga haga su efecto». Quedó estremecido y reflexionando sobre esto en su libro «La experiencia prohibida» recuerda que a pesar de vivir belleza, armonía y serenidad durante sus prácticas… «toda mi naturaleza podía exultar con una sobriedad indescriptible, salvo la punta fina de mi alma que seguía insatisfecha, deseando al Amado…»

Joseph-Marie señala en su libro que el Yoga es en todo un camino ajeno al que confiesa la Fe. En el horizonte cristiano, precisa, «la elevación de que se habla es una salida de uno mismo hacia Dios y hacia los demás, en una entrega caritativa a ellos». Luego agrega que este no es el horizonte del Yoga, que en sí es… «una inmersión en uno mismo para disfrutar de manera narcisista del propio acto de ser, en un énstasis solitario… el yogui se pone en camino hacia su propia realidad «absoluta», de la que quiere gozar sin compañía de nadie», sentencia.

Recuperando el sentido

Tiempo después, con vagas pero permanentes luces de nostalgia por Dios, la visita de un médico naturista remecería a Joseph-Marie. «Nuestros cuerpos estaban maltratados por el intenso ejercicio que realizábamos allí y este naturista era cristiano. Como yo era una suerte de secretario personal del gurú lo recibí. Nos pusimos a conversar y él me preguntó «¿Usted es cristiano?, ¿Está bautizado?», le dije «¡claro!». Y me devuelve otra pregunta «¿Quién es Jesús para usted?». Es difícil de expresar, pero percibí que ahí Jesús me decía «Hijo mío… ¿cuánto tiempo me harás esperar?». Luego de eso, me di cuenta que era amado incondicionalmente, que no había ninguna sombra de juicio en la mirada, no había penitencia, sino compasión. Una ternura infinita, un mar de misericordia se derramaba sobre mí y yo lloraba, lloraba todas las lágrimas de mi arrepentimiento». No pasó mucho tiempo para que Joseph-Marie se viera revestido con la fuerza necesaria para abandonar el Ashram y las prácticas del gurú.

Un retorno con tropiezos

Tomó un avión de regreso a Bélgica. Con apenas un bolso arribó a Bruselas. Sin embargo, sintiéndose lleno de temores, confuso, en vez de buscar ayuda en personas de iglesia, recurrió a personas que le parecían ser más idóneos para aclarar sus inquietudes. «Estaban adaptados a la corriente de las tradiciones transmitidas del hinduismo, pero tenían también como referente los evangelios. Puse mi confianza en este grupo que se decía «cristiano», pero la verdad es que mezclaban energía y reencarnación. Y bien, no lo sabía en ese momento, pero había entrado en una escuela esotérica».

Comenzó a naufragar en ese ambiente y pronto vino un giro más radical en aquella comunidad. «Dimos el giro al ocultismo. Me vi en prácticas ocultistas, en el ámbito de lo que se llamaría hoy «Terapias Energéticas». Es decir, manipular las energías ocultas con el fin de obtener curaciones. Me volví amigo de un naturista y se admiró de mis «habilidades» como médium usando las fuerzas ocultas sin dificultad para penetrar en la mente de otros. Estas sesiones de curación ocupaban todo mi tiempo libre. Pues, en realidad no había «sanación», solamente un desplazamiento de síntomas».

«Aun así, comencé a participar de la Eucaristía -puntualiza- aunque no me había atrevido a confiar en los representantes de la iglesia, y prolongaba mis tiempos de oración con el Santo Rosario. Paulatinamente tomé conciencia de la enajenación sutil que padecía a raíz del trabajo con estas entidades. Sobre todo, cuando un día se manifestaron».

Honesto Joseph-Marie confidencia que escuchó extrañas voces en su trabajo. «Tenía un grupo de manipulaciones que llamábamos «colectividad magnética». Y en un profundo silencio oía a alguien y decía cosas, pero en la realidad, nadie me llamaba. Estaba muy preocupado, ya que se repetía siempre. Entonces, se lo comenté a los dirigentes del grupo, quienes se rieron y me dijeron: «Para nada. No te lo hemos dicho, pero es evidente que ejerces tales poderes sin la ayuda de los espíritus. Son ángeles sanadores».

Pero continuó esclavizado por estos «ángeles sanadores» al extremo que en un viaje a París cuando acudió a una Eucaristía al mediodía, en el momento de la consagración, «cuando el sacerdote dice «por Él, con Él y en Él», escuché a estos seres blasfemar vergonzosamente de Cristo. Quedé petrificado. En ese instante comprendí que había sido engañado, abusado. Al final de la celebración, busqué al sacerdote y le conté mi historia. Y me respondió: «eso no me asombra. Soy el exorcista de la diócesis». Luego de este primer encuentro de liberación -y este detalle es muy importante-… iba todos los días a misa y no pasaba nada, los espíritus o entidades se ocultaban. Sabían que era mejor quedarse quietos. Pero la autoridad que tenía el sacerdote los obligó a rebelarse, para hacer la gran limpieza. Pude ser finalmente liberado con oraciones intensas», confidencia.

La llamada al sacerdocio maduraba en el corazón de Joseph-Marie desde que había regresado de la India. «Esta vez –señala- decidí aferrarme a la Iglesia, tomándome el tiempo necesario para comprender mi historia a la luz del Evangelio». Es así que luego de diez años de formación fue ordenado sacerdote en 1983 integrándose a la Comunidad Monástica de San José, donde es Prior de un monasterio, en Francia, hasta la fecha.

Fuente: infocatolica.com/?t=noticia&cod=18912

miércoles, 16 de octubre de 2013

EL FRAUDE DE MARÍA DE LA DIVINA MISERICORDIA/ MARIA DIVINE MERCY. SON ENSEÑANZAS HERÉTICAS, SEÑALAN OBISPOS.

También algunos obispos han hablado sobre Maria Divine Mercy

A las 9:43 AM, por Luis Santamaría
Categorías : General


Después de la polémica generada por el artículo titulado “Sobre las profecías de la vidente Maria Divine Mercy”, publicado hace unos días en este mismo blog, su autor, el sacerdote Luis Santamaría, miembro de la Red Iberoamericana de Estudio de las Sectas (RIES), ha escrito un nuevo artículo aclarando lo que ya ha dicho la Iglesia, por boca de varios obispos, en torno a las falsas revelaciones privadas que están alcanzando tanta difusión por Internet. Reproducimos el artículo a continuación.
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Sospechaba que pasaría, y que como uno de los resultados de haber escrito algo crítico sobre unas supuestas profecías y revelaciones de parte de Dios y de la Virgen María, y después de varios miles de visitas, habría un balance importante de reacciones de personas que se esconden en el anonimato –¡anda, como la presunta vidente!– para mostrar que se sienten ofendidas (y ofensivas). Alguno que otro ha contestado con su nombre y apellidos. Digo que sospechaba lo que pasaría, porque no es la primera vez. Hay “asuntos sensibles” de los que algunos no quieren que se escriba diciendo una palabra clara desde la fe cristiana y desde el sentido común. Pasó con mi explicación de la tercera parte del llamado “secreto de Fátima”, pasó con las profecías atribuidas falsamente a San Malaquías y pasó con algunos otros temas semejantes. ¿Las respuestas que me dan? Que soy un sacerdote descreído, que más me vale convertirme a tiempo, que rezan por mí –algo bueno… gracias–, que no dejo ni a Dios ni al resto de la corte celestial que hablen, y un largo etcétera.
No creo que valga la pena contestar, porque las personas que se aferran fanáticamente a estos planteamientos no dejan lugar para el diálogo. En una huida hacia adelante, defienden como punto central de toda argumentación, y como criterio supremo para discernir y ordenar todo lo demás, lo que Dios o Jesucristo o su Madre le han dicho al vidente de turno. Eso está, para ellos, por encima de la Palabra de Dios y por encima de la mediación de la Iglesia. Estrictamente están planteando un cisma de facto, porque se sitúan fuera de la comunión eclesial. “La Virgen me ha dicho”, éste es su criterio de autoridad. O, por si acaso, lo ha afirmado el mismo Señor, y así no se puede discutir ni replicar.
En el contexto de estos días, en los que el Papa Francisco precisamente ha consagrado el mundo al Corazón Inmaculado de María en la jornada mariana del Año de la Fe, algo que ha sucedido en el país de donde procede el pontífice me ha llamado la atención. Y, para que no pase desapercibido, lo resumo aquí. El Obispado de San Rafael (en la provincia argentina de Mendoza) emitió un comunicado en torno a una vigilia de oración convocada para el 12 de octubre, en la que se anunciaban también “presuntas apariciones de la Virgen María”. En el texto el Obispado niega el aval a esa actividad mariana y dice que la asociación que está detrás “no tiene ningún reconocimiento de la Iglesia Católica ni ningún respaldo de otras Iglesias o comunidades cristianas”. Pero no sólo se trata de un asunto institucional o formal, no es un problema jurídico, de copyright o de denominación de origen. El Obispado añade que “el modo de presentar las ‘presuntas’ apariciones o locuciones de la Virgen María es contrario al proceder y a la sana prudencia de la tradición de la Iglesia en todo el mundo”. Y recomienda a los fieles y a todo el mundo “que no se dejen engañar en sus creencias o estafar en su generosidad o buena disposición a colaborar”.
Un comunicado breve y sustancioso. Una verdadera preocupación pastoral de los responsables de la Iglesia por los fieles más sencillos, que pueden ser víctimas de estos inventos aparicionistas. Pero tenemos un problema en el caso de las revelaciones privadas de Maria Divine Mercy. Recordarán que, como dije en el artículo anterior, no sabemos quién es la supuesta señora que recibe los mensajes, ni dónde vive. Lo que hace imposible que su obispo local pueda decir una palabra o tomar una decisión según el Derecho Canónico. ¿Entonces nos tenemos que quedar como estamos, esperando quizás una decisión de la Santa Sede? No hace falta, porque ya hay obispos que han hablado alto y claro sobre el tema. Aquí los traigo, resumiendo sus afirmaciones, y esperando que los defensores o convencidos de las revelaciones del “Gran Aviso de Dios” tengan en más consideración las palabras de los sucesores de los apóstoles –maestros de la fe– que las del cura de pueblo que firma estos artículos.
Voy a empezar por el más reciente, es decir, por el último que ha dicho algo. Es Richard J. Malone, obispo de Buffalo (Nueva York), pero en calidad de administrador apostólico de la Diócesis de Portland (Maine), que es el lugar donde la difusión de las falsas revelaciones divinas ha supuesto un problema. En una carta a los sacerdotes de Portland fechada el pasado 27 de agosto, monseñor Malone dice que, como algunos de los mensajes “promueven actitudes negativas contra las enseñanzas del Concilio Vaticano II y del papado” –cosas que ciertamente no son optativas o de libre elección para los católicos–, se ha puesto a investigar. Y preguntando a las Conferencias Episcopales de los EE.UU. (de la que forma parte) y de Irlanda (ya que se dice que la supuesta señora vive en Dublín), nadie dice saber nada.
La técnica del pseudónimo, afirma, hace difícil la investigación. Por lo que cita a un obispo australiano –al que veremos después– y sus duras palabras para concluir que “dado el hecho de que la Iglesia no se ha pronunciado aún sobre la autenticidad de estas ‘revelaciones’, y dado el hecho de que más de un obispo las ha juzgado como algo que socava la fe de la Iglesia en su mismo núcleo, por la presente prohíbo la difusión o promoción de los materiales de Maria Divine Mercy en la Diócesis de Portland. Si alguien se te acerca o te enteras de que alguien en tu parroquia habla sobre ello o promueve estos materiales, por favor adviértelo de esta prohibición. Esta prohibición estará en vigor hasta el momento en el que las ‘revelaciones’ sean autentificadas por la Iglesia”.
Demos un salto ahora hasta mayo, siguiendo en 2013. Así nos encontraremos con la carta que citaba el prelado norteamericano. Se trata de una carta del arzobispo de Brisbane (Australia), Mark Coleridge, dirigida a todos los creyentes de su Archidiócesis, sacerdotes, religiosos y laicos ante la circulación de los mensajes de supuesto origen divino. En ella afirma: “he examinado algunos de estos mensajes y los he hallado evidentemente fraudulentos y corrosivos de la verdadera fe cristiana tal como la enseña la Iglesia Católica. La supuesta receptora de los mensajes opera anónimamente y rechaza identificarse y presentarse a la autoridad local de la Iglesia para un examen teológico del contenido de sus mensajes”.
Monseñor Coleridge continúa diciendo: “los mensajes contienen algunos errores teológicos e históricos, de los cuales algunos caen en la categoría de un falaz milenarismo, y es más probable que provoquen temor más que la paz del Espíritu. Juegan con elementos de la fe católica sólo para socavarla en su núcleo. Además, son escandalosos en sus afirmaciones contra el Papa Francisco. Conclusión de la carta: “los mensajes de Maria Divine Mercy no han de tomarse en serio, ni discutirse ni distribuirse en la Archidiócesis de Brisbane”.
He encontrado otros dos obispos que han tomado una decisión acerca de este tema. El primero de ellos es Štefan Sečka, arzobispo de Spišská (Eslovaquia), que ya en noviembre de 2012 escribió una carta a sus fieles. De nuevo observamos un pronunciamiento claro: “he hallado que se trata de una enseñanza herética, que no está de acuerdo con la enseñanza de la Iglesia y que está dando muestras de sectarismo. Aunque los mensajes coinciden en muchos puntos con la doctrina católica, en ellos “las citas de la Escritura son comentadas y explicadas arbitrariamente y en sentido contrario a las enseñanzas de la Iglesia Católica.
Y aprovecha para recordar que ya en los comienzos del cristianismo pasó esto, como señala San Pedro en su segunda carta: “ninguna profecía de la Escritura puede ser interpretada por cuenta propia” (2 Pe 1, 20). Además, monseñor Sečka advierte a los sacerdotes de que no deben cooperar con este invento bendiciendo el “Sello del Dios Vivo” (un documento que el movimiento de la falsa vidente manda imprimir y rezar). Y dice: “a todos los creyentes que quizás por ignorancia comenzaron a creer en los mensajes mencionados, por favor, les urjo a dejar estas enseñanzas heréticas y a no difundirlas”.
Y el otro prelado es Andreas Laun, obispo auxiliar de Salzburgo (Austria), que en un artículo publicado en julio de 2012 hace algunas precisiones interesantes (sobre la no confirmación celestial de esta revelación privada, o el uso de la expresión “Iglesias cristianas”, que en el lenguaje católico se reserva al catolicismo y a la ortodoxia oriental), y señala que algunas cosas del Gran Aviso, como la lucha de Dios Padre y de las jerarquías celestes en la batalla de Harmagedón “suenan como ‘El Señor de los Anillos’ y no a una revelación privada que reconocerá la Iglesia”. Dice que es confuso lo que se afirma acerca del nuevo sufrimiento de Cristo, cuando creemos que ahora reina a la derecha del Padre.
También critica todo lo relativo a la preparación para la segunda venida de Jesús, y afirma que lo que hay de verdadero en estas profecías ya lo conocemos, mientras que lo demás podemos ignorarlo. Por eso monseñor Laun dice “avisar sobre el aviso”. Si Dios quiere decirnos algo importante en la actualidad, lo hará sin necesidad de jugar al escondite o enviar pistas, como parece aquí. “Si yo quisiera también podría inventar ‘revelaciones’ así todos los días”, concluye. Por lo que he podido ver, además, el arzobispo de Melbourne (Australia) y el de London (Canadá) han sacado sendos comunicados sobre Maria Divine Mercy, que no he podido consultar.
Como siempre habrá anarco-católicos que me dirán que a saber cómo son estos obispos, que son el Anticristo con mitra y báculo y otras cosas por el estilo, me permitirán al menos que termine estas líneas con una revelación procedente del mismo Cristo y cuya autenticidad no me atrevo a poner en duda, me lo diga quien me lo diga: “tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único para que todo el que cree en él no muera, sino que tenga vida eterna” (Jn 3, 16). Como dijo San Pablo –que al parecer no debe de ser nadie sino un pigmeo o una hormiga al lado de la última vidente elegida de la historia, Maria Divine Mercy–, “si nosotros mismos o un ángel del cielo os anuncia un evangelio distinto del que os hemos anunciado, sea anatema” (Gal 1, 8).
Luis Santamaría del Río